La Esencia y la Filosofia de Terra Nuova

El propósito de TerraNuova es convertirnos en seres más completos. Actuamos dando a conocer y desarrollando, con métodos vivenciales y creativos, el sentido de los valores femeninos de un modo consciente. Asimismo, haciendo emerger los principios femeninos, y de algún modo los masculinos que portamos dentro, hombres y mujeres, equilibrándolos y normalizándolos, podremos finalmente disolver, de modo gradual, nuestra dualidad, integrando nuestros opuestos..

lunes, 27 de marzo de 2017

Articulo publicado en revista Vivir con Salud, desde Barcelona


APLICANDO NUESTRA ESENCIA MASCULINO-FEMENINA
¿elección o integración?



En todas las culturas, las expectativas sociales son, aún al día de hoy, que la mujer sea más tierna y el hombre más agresivo. Pero esto responde a tradiciones ancestrales originadas en la reproducción y causas similares, según postuló Carl Gustav Jung.

De acuerdo con esta afirmación de un experto que marcó un hito en las terapias y psicología modernas, nos encontramos ante la disyuntiva de tener que elegir (según dictan las expectativas sociales) entre ser más masculino o más femenina, según seamos un hombre o una mujer. 

Por lo tanto, según Jung, siguiendo estas expectativas, hombres y mujeres adoptamos un rol, el masculino los hombres, o el femenino las mujeres, en mayor o menor grado, y de tal manera nos ponemos una limitación: el límite de llegar a ser sólo el 50% de nuestro potencial como humanos, descartando el otro 50%.

Llegados a este punto, la pregunta clave es ¿podemos integrar ambos principios con el fin de ser seres humanos más completos y con recursos más amplios? 

Sigmund Freud, Alfred Adler, Carl Gustav Jung y otros psicoterapeutas, defendían que el ser humano, de principio, tenía ambas naturalezas, la masculina y la femenina. El cuerpo luego desarrollaba físicamente unos genitales u otros, y posteriormente, de acuerdo a los genitales, la sociedad nos ha diferenciado según género, masculino o femenino. Sin embargo, el ser humano completo en potencia sigue dentro de ambos.

Es necesario, por tanto, diferenciar entre género: hombre o mujer, y los principios o esencias masculina y femenina dentro de cada hombre y mujer. Esta esencia dual no sólo está en los humanos, sino también fuera de ellos, en la naturaleza y principios esenciales de todo lo existente, como se manifiesta de igual modo en las doctrinas del Tao con el yin y yang.

Y es que acaso ¿un hombre deja de serlo por ser tierno? cualidad hasta hace poco prohibida en los principios de la virilidad para el género masculino, pues en tales términos tierno equivale a débil.

O ¿acaso una mujer no es mujer si está capacitada para el mando, es determinada y sabe lo que quiere por si misma? cualidades reservadas al hombre y que aún hoy en día se cuestionan en las mujeres.

O ¿acaso la mujer ha de mantenerse callada en el foro público, tradicionalmente masculino, si no por ley, por la opinión pública? ¿quien la manda meterse ahí? es algo que aún testimoniamos y vemos casos muy a menudo.

O ¿acaso el hombre ha de renunciar a ser auténtico, por no mostrar una agresividad o belicosidad que no tiene ni quiere, o por ética, pero que según las normas de la hombría le descalifica como fuerte y valiente por no hacerlo.

Aquí surge la cuestión de que ser auténtico parece tener menor peso que las costumbres sociales antiguas, trasnochadas, que ya no nos pertenecen, pero nos presionan desde la opinión de la gente, allegados, de confianza, o por costumbres sociales, debido a unas creencias inculcadas, de origen ya casi desconocido.

Aunque poco a poco se empiecen a resquebrajar siguen escondidos en el fondo de nuestro subconsciente, algunos de estos prejuicios, aprendidos de nuestros mayores, de gente muy cercana a nosotr@s, que lo aprendieron de sus mayores, y así hasta tiempos muy antiguos. 

Desde el subconsciente estas creencias antiguas favorecen al auto-saboteador interno, que ataca y debilita nuestro plan actual de construcción de nuevos patrones mentales, que actualiza nuestra evolución, una construcción aún frágil. Para evitar este sabotaje interno no es necesario un derrumbamiento total o masivo de las creencias antiguas, como pudiera ser una fuerte crisis interior. Podemos ir creando las nuevas creencias, y vigilando las antiguas, dejando ir las obsoletas, lo que ya no nos pertenece. Dejar ir y mantener lo válido, como dice el Tao Te King, a la vez que construimos, apenas tímidamente, pero sostenidamente, la persona hacia la que estamos evolucionado constantemente, nosotr@s mism@s.

La observación de nuestras actitudes, la vigilancia diaria de nuestras reacciones automáticas, el darnos cuenta de qué pensamos, incluso poder "vernos" en nuestras acciones cotidianas son la materia prima de nuestro trabajo personal. 

He aquí el reto: Comprobar si pensamos, actuamos, reaccionamos, postulamos, según lo acostumbrado o según los nuevos paradigmas que vamos instalando en nuestra mente, sin prejuicios, ni costumbres inconscientes, ni expectativas sociales.

Nuestras cualidades internas, sean masculinas o femeninas, están a nuestra disposición, para hacernos personas de mayor amplia mirada. Si podemos superar la presión de las expectativas sociales o los prejuicios subconscientes, lograremos tener a mano más recursos, considerados del género opuesto, para emplear según la ocasión lo requiera. De este modo, tendremos un mayor aprendizaje para desenvolvernos en nuestro camino evolutivo hacia nosotr@s mism@s.

Al fin y al cabo, integrando ambos principios, opuestos y complementarios, nos acercamos a ser auténtic@s, genuin@s, más autosuficientes, y en definitiva, a ser seres humanos completos.

Ana Isabel Martínez
TerraNuova, Armonia masculino-femenina
facebook.com/terranuova.energiafemenina
terranuova2010@gmail.com 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario